Psicoanalisis y psicoterapia en CDMX
Consultorio de psicoanalisis de Eric Hernandez Morales en Colonia del Valle

Tratamiento para la Ansiedad

¿Qué son los ataques de pánico o de ansiedad?

Golpes de ansiedad, taquicardias inesperadas, sudoración excesiva, pensamientos horribles y mortíferos, fantasías terroríficas, sensación de desfallecer, vértigo, momentos de crisis, problemas de sueño, insomnio, estado de somnolencia que nunca se transforma en descanso, pensamientos recurrentes que invaden la conciencia, pánico en medio del público, ahogo y falta de respiración, temblor en el cuerpo, etc… Así, como de muchas otras maneras, coloquialmente la gente se refiere a la ansiedad. Como se puede ver, son tantas las maneras en que se puede manifestar la ansiedad. Ninguna es menos grave que la otra. Y sin embargo, algo de lo más impactante entre todos estos síntomas o señales es que a todo mundo les parece ilógico. Es decir, que pareciera no tener ningún sentido la manera en que se viene a manifestar la ansiedad. Desde las cuestiones corporales que no encuentran fundamento médico, hasta las ideas tan incoherentes que brincan y se apoderan de las personas, a pesar de que esos pensamientos se sepan de lo más incoherentes o sin fundamentos de ser. Por eso es que se ha vuelto tan misterioso éste fenómeno llamado ansiedad…. o al menos, esa es la apariencia que esconde una verdad.

Todas estas experiencias antes descritas, resultan terribles de asimilar en el momento que aparecen. No llegan por voluntad. Algunos notan previos avisos o un común denominador, pero ¿qué son los ataques de pánico o de ansiedad? Muy probablemente si has llegado hasta aquí es porque has descubierto que no se trata de una enfermedad como la gripe o la tos. Algo que tan fácilmente uno puede ir a la farmacia o al médico y conseguir una pastilla que en cuestión de unos días quite todo malestar. La ansiedad tiene cualidades impresionantes, como que es posible que se transforme de varias maneras. Entonces para contestar a la pregunta de qué es la ansiedad, primero hace falta poder ir más lejos que sólo la perspectiva médica biológica. La ansiedad forma parte de los problemas anímicos: asuntos del corazón, de la mente, la psique, del espíritu, de la subjetividad.

Quien desea salir de la ansiedad tendrá que comenzar adentrándose al camino de su historia. Lo cual no es tarea fácil. Considero que quien sufre de ansiedad, guarda motivos fuertes para padecer de esta manera. La ansiedad no es de a gratis. No es algo aleatorio que cae en una persona. La ansiedad se va construyendo a lo largo del tiempo a través de la suma de varios sucesos que van marcando la vida de alguien. Sin saberlo, las piedras, los nudos, los miedos, los traumas, las pérdidas, los conflictos se van acumulando y enrollando, entonces cuando la vida de alguien está por tocar fondo es cuando la ansiedad aparece. Por lo tanto, la ansiedad resulta el conglomerado de todos esos asuntos. Temas que son dolorosos, incómodos y vergonzosos. Temas que preferiría nunca más hablar y volver a ellos. ¡Pero ahí se encuentra la solución de éste paradigma llamado ansiedad! ¡La ansiedad se cura en el momento que las causas van cayendo y desprendiéndose de la historia de las personas! Algo que para muchos resulta imposible de creer. Tan normalizados y acostumbrados a padecer esa historia que los mortifica, que ahora pareciera imposible hacer algo distinto. ¡Para eso es la psicoterapia! También nombrada terapia, análisis, tratamiento, ayuda psicológica o psicoanálisis. ¡La psicoterapia está para descubrir que lo imposible es posible! ¡Que la ansiedad se puede curar!

¿Cuándo comienzan los ataques de pánico?

Las crisis de ansiedad o ataques de pánico se presentan en momentos muy extraños. Llegan cuando menos se les espera. Son unos invitados que no se encuentran en la lista de honor. Invitados que llegan a interrumpir y hacer más difícil la vida. ¿Por qué están aquí? ¿Para qué? De principio se les intenta echar lo más pronto posible. Sin embargo los intentos fracasan rápidamente. ¿Cómo es posible que a pesar de haber sido echados, retornen? ¿Por dónde es que logran adentrarse? y más importante aún ¿porqué es que tienen una excelente capacidad de ser inoportunos?

A pesar de intentar con medicamentos o con rituales de diversos tipos para tratar de deshacerse de las crisis de ansiedad, ellas sólo se irán bajo una condición: ¡Las crisis de ansiedad no se irán hasta haber resuelto el asunto por el que están ahí! No se irán sin ser atendidas. Y entre más lejos se les quiera lanzar, cuál bumerang, regresarán con tal fuerza que alguien puede perder la cabeza. Pero ese no es el objetivo de este texto: de lo que trata es de encontrar el mejor tratamiento para la ansiedad. Comencemos diciendo que una manera muy efectiva de localizar cuándo es que comienzan los ataques de pánico es preguntándose por la primera vez que ocurrieron. No importa que no se recuerde con exactitud ese momento, lo importante es dar con el momento histórico que hizo un antes y después de la ansiedad. Una vez localizado ese momento, podemos pasar a otra pregunta que viene de la mano: ¿Qué estaba ocurriendo en su vida en aquel entonces?, es decir ¿qué sucedía en su vida antes de experimentar por primera vez la ansiedad?

Con ésto las piezas del rompecabezas comienzan a estar boca arriba. Y algunas de ellas, rápidamente empiezan a encontrar la conexión que guardan.

¿Por qué ocurren estas crisis de ansiedad?

Lo que nos enseña la ansiedad es que no es posible andar por la vida dejando cabos sueltos para el corazón. O en palabras más coloquiales, diría que: los afectos no se olvidan ni se destruyen, sólo se transforman. Y la ansiedad es la manera más arcaica, caótica, de presentar el conglomerado de un montón de asuntos emocionales. Quizás de aquí es que guarda su apariencia tan rara, ilógica, incoherente, incomprensible de entender. ¡Es que no es un asunto de entender! ¡Sino de resolver! Lo que forma parte de la lógica de nuestros corazones, requiere ser atendido de la misma manera, mientras que lo que sea asunto de las razones y la lógica se resolverá con la cabeza. Entonces la psicoterapia se vuelve la plataforma por la cuál se van a desenmarañar y atender de manera afectiva, lo que es del orden del corazón. Aunque claro está, que no es una tarea fácil, ni mucho menos obvia. Mucho menos cuando lo que estamos por empezar a trabajar son asuntos que llevan cargas importantes de dolor, pena, vergüenza, culpa, miedo, ira, etc.

Si la psicoterapia es la plataforma, nos falta otra parte importante que forma parte de éste proceso: un actor, mejor llamado psicoterapeuta (también llamado psicólogo, terapeuta o psicoanalista). Es que sin la presencia del psicoterapeuta no es posible terminar de echar a andar la terapia. Su papel es igual de importante que la plataforma del tratamiento, pues su función como terapuera será de hacer posible que esos asuntos afectivos (o anímicos) tomen importancia, pero sobre todo, desempeñar el acompañamiento necesario para atravesar éstos viejos asuntos que no fueron fáciles de experimentar en el pasado, pero que ahora las condiciones son otras, y por lo tanto, mejores posibilidades de llegar a un desenlace.

¿Cómo se pueden atender?

La ansiedad es un asunto tratable con psicoterapia, pero en ocasiones existe la urgencia de querer que se vaya la ansiedad lo más pronto posible. Con psicoterapia se pueden conseguir cambios potentes, irreversibles y constantes; pero para conseguirlo se requiere de mucho compromiso y constancia con el tratamiento. Quien se precipita por la urgencia, sólo seguirá dando vueltas en un circuito de malestar que no culmina y que inclusive es probable que se intensifique. Por esa situación es que no se debe menospreciar la constancia y rigor con el que se puede trabajar en cada sesión de terapia. La ansiedad, en este sentido, viene a demostrar que no es el gran enemigo a vencer porque en realidad su aparición no es para atormentar a la gente. El papel de la ansiedad es aquel recordatorio que no se puede seguir postergando ni evitando los afectos, ni los problemas. A los sucesos afectivos no se les puede dar carpetazo. Olvidar no es cuestión de voluntad; olvidar es que los afectos caigan por su propio peso, es decir, que cuando alguien ha trabajado aquel tema afectivo conflictivo en algún momento se desprende como una costra que cae cuando ya no queda nada más que la haga seguir apareciendo. Del mismo modo, la ansiedad es esa costra incómoda que no deja de picar, de dar comezón o peor aún, enseñar dónde está la pus.

Hace un momento, oraciones más arriba, aparecieron dos buenas preguntas por dónde comenzar a tratar la ansiedad. Se puede complementar a eso diciendo que la ansiedad, al igual que otros afectos incómodos tiene un valor importante. No es un mero residuo o excedente sin sentido. El propósito de la ansiedad es no quitar el dedo del renglón en ciertos sucesos de la historia de las personas. ¿Puedes volver a preguntarte qué te está intentando señalar tu ansiedad? En tu historia de vida ¿no hay nada que quede pendiente de resolver? Quizás que en ocasiones se le quiere minimizar la relevancia a episodios de la vida. ¡Me atrevería a decir que incluso ni se dan cuenta! Su propia voluntad y su propia consciencia no se percatan de la relevancia de algunos asuntos. Para eso está el terapeuta: para ayudar a interpretar lo que la ansiedad está señalando.

Cada historia es distinta. Incluso quienes comparten historia, jamás habrán experimentado los sucesos de la misma manera. Estas historias tienen efectos importantes en todos. Los afectos son los efectos de la historia en las personas. Nadie nos enseña, y no son obvios, qué quiere decir cada uno de nuestros afectos. Al punto de pensar que sólo algunos aportan valor y otros afectos como la angustia, la ansiedad, la tristeza, el enojo, el miedo, son aberraciones que no tendrían porqué existir. Pero es que hasta esos afectos son importantes darles un lugar. No como una cuestión de que así deben ser las cosas. Sino porque la persona que no logre entender cada uno de sus afectos (y qué relación guardan con su historia, tanto del pasado como del futuro y presente) está condicionada a vivir en padecimientos de cualquier tipo. Inclusive padecimientos afectivos que se presentan en el cuerpo, como los ya mencionados de la ansiedad. 

¿Desea usted comenzar a resolver esos asuntos pendientes de su historia y sus afectos? ¿Desea comenzar su terapia? Quien esté dispuesto en adentrarse a este camino también necesita escuchar que no siempre será difícil hablar de éstos asuntos. Proseguir en la terapia cambia la historia, y por ende la vida de las personas. A ti te pudo traer la ansiedad a este sitio. Ahora te toca decidir si cambiarás tu destino, o seguirás repitiendo los malestares en tu vida.

Te ofrezco un espacio donde podrás hablar de tu historia, tus afectos, y todo aquello importante que es parte de ti. Este espacio de terapia no es como cualquier otro espacio. Aquí no se te juzgará. Tu vergüenza y miedo tendrán sentido y propósito: indicar el camino para avanzar en tu terapia. Tendrás la confidencialidad y acompañamiento que requieres.

Atentamente,

Eric Hernández Morales

Psicoanalista en Ciudad de México Eric Hernandez Morales
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